Hoy me presento ante ti
pidiéndote que me mates
que cada clavo en tu cajón
lo introduzcas en mis manos
que aquel rustico madero
lo pongas sobre mis lomos
y sobre el camino angosto
tú me hagas caminar
Y vengo frente a tus pies
deseando que perezca
y delante de tu rostro
no quede nada de mí
que espinas entre mi mente
se me claven al fallarte
para que entienda de lleno
la palabra santidad
También vengo en este instante
no buscando una condena
sino un tiquete al desierto
que cambie mi corazón
y pasar por ese horno
donde se refina el fuego
para que solo en tu vida
sea mi permanecer
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