domingo, 18 de enero de 2009

17. Anoche

Anoche
el cielo lloro por ti
y las estrellas se juntaron
y fuerte
entonaron su canto
y se lamentaron
y se lamentaron


Y las nubes
que se habían reunido sedientas
de algo
de alguien
también gritaron 

y clamaron juntas

Y todos
y todo el cielo
lloraba por ti
menos yo

Yo tan solo te deje ir
y no me importo
simplemente
desapareciste para mí
mientras que el cielo
lloraba por ti


Y seguía gritando
y lamentando
y daba voces de dolor
cantando amargamente
cuando yo te soltaba
para donde quisieras ir
y tan solo volteaba mi espalda
para que otro
se hiciera cargo de ti

Y cerré mi boca
en decisión 

de no proferir más palabras
frases
locuras
aunque eso conocieras de mí
y dejar que te hablara
quien en verdad debía hablarte
y por tanto yo pudiera
desaparecer

Y así

el cielo
derramó sus más grandes gotas
y lo inundó todo,
todo,
y me inundó
a mí


De dolor
de pesar
de pena
y extrañamente
de ti


Y canto tristes rimas
en unión con los luceros
por amor a ti
con dolor de ti

Y cada estrella 

se apago mísera
y danzaron juntas
hasta dormir
pero su baile
fue un baile amargo
con su corazón
lejos de aquí

Además yo
en mi memoria mientras tanto
saboreaba el vacio
del adiós
del silencio
y palpaba aquel hueco
de extremo a extremo de mi cuerpo
donde lo tenía todo
más estaba todo
menos yo


Y tan solo me preguntaba
escuchando a las nubes gemir
donde estaba?
donde estabas?
que un pedazo de mi
comenzaba a sufrir
a clamar amargamente
como el cielo
acongojado
por ti

Y fue el llanto más grande jamás visto
fue no ver la luna en su lugar
que las nubes
se inundaran a si mismas
porque no podían parar de sollozar


Y escuchar ese grito desgarrante
que el cielo mismo emitiera jamás
de tristeza por un hijo muerto
preguntándose si volverá
mientras yo cerraba mis ojos
como si quisiera echar el tiempo atrás
cuando lo más hondo de mi adentro
gritaba e inquiría
el porque no estás

Y la luna se tiño de rojo
porque lagrimas de sangre derramo
al tiempo en que tu caías
y yo
te extirpaba de mi corazón

Esa noche te volví un desconocido
y olvide cual era el tono de tu voz
habías muerto
y no por hoy
por un siglo
ahogándote en el mar de lágrimas
que por ti
el cielo derramo

Y nunca se le vio sufrir tanto
a su lado
yo fui una estatua de sal
mientras que yo 

borraba tu existencia
el rogando te decía
vasta ya


Y cada estrella
gritaba que te amaba
los luceros susurraban
su tristeza por ti
y las nubes ahogadas en llanto
cantaban un amargo despedir

De pronto tus ojos
se aguaron tanto como el cielo
y tu alma
su cáliz derramo
entonces
mi alma lloro contigo
y mi vida
se inundo de dolor


El corazón 
que por ti sollozaba
de amargura total se consumió
y bailando
junto a las estrellas
un grito sordo
entono mi voz
que clamaba 

porque te habías muerto
mientras desaparecía mi ser
y en medio del llanto más inmenso
te enterraba
sin querer volver

Y ese cielo 

que anoche te había llorado
al mirarte
una y otra vez
sollozaba adolorido tu partida
y lamentaba a gritos
por tu ser

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