lunes, 10 de noviembre de 2008

13. Estallido

Tanta melancolía me abruma
en medio de las esperanzas por renacer
tanta tristeza me obstruye
he deseado instantáneamente que todo cambie
y solo veo que se marchitan los árboles

pensé si contemplar o abstenerme
mas apele a las palabras locas
y cuando no entendí lo que decía la gente
tan solo me reí un rato
de ellos y de mi misma

soy tan extraña
un mundo tan diferente
no reflejo ojos manchados de negro
ni lagrimas que caen por la mejillas
y sin embargo me importa lo mismo
hay es cuando me pregunto entonces
que pedazo soy?
quien hizo triste y gris mi día feliz?

todavía sigo regando las matas
reponiéndome de la explosión de la bomba
todo esto es nuevo para mí
y yo no soy tan grande como el resto
me reduzco a un frasco pequeño
que contiene un revuelto mágico

vuelvo a pensar en las peleas de los adultos
esas que me hicieron llorar de niña por su intolerancia
las mismas que me hicieron no querer crecer
y por las cuales tal vez no he crecido
y vuelvo a concluir el mismo absurdo
trabajamos dentro de un cuerpo
que se destruye a si mismo

que pesar
que melancolía que me abruma
y que obstrucción tan obsoleta
cuando hay tanto por hacer
seguir regando las matas por ejemplo
y reponerse fuertemente
de las secuelas y esquirlas

tal vez nunca entenderé el alma
de aquella gente más sencilla que yo en supuesto
pero en el fondo más compleja y enredada
que al gato no le ponen 4 patas
que le ponen 10 o 20 al rato
con todo y ser un complejo
en medio de todo esa no soy yo

tanta tristeza me obstruye
me coarta el corazón
pero sigo firme
intentado no decirle que podría ser 

más grande que yo
esta penumbra quisiera comerme
y también lo lamento
sé que soy mal plato para desayunar
y que seguiré regando las matas
pues con orgullo y lastima 

no podrá contra mí

y sigo con la esperanza de renacer
terca y obstinada
aunque nada me garantice
que todo será de nuevo normal
viviendo en mi extraño mundo
y estando aquí
en una de mis estaciones temporales para descansar
para tomar el bus
y viajar de nuevo a la luna
para evitar mirar como se marchitan los árboles
otros
no estos
y como todo sigue igual
en los terrenos donde nadie
absolutamente nadie
por seguir apegados a su razón
se atreve a mover un dedo
sacar algo de sí
y aventurarse a cambiar el mundo
sino todo
por lo menos
su pequeño pero especial mundo.

Apelo a mi valentía
y tan solo lo repetiré una vez
porque el perdón existe
yo de aquí no me voy.

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